Flipped classroom o aula invertida, es un término acuñado por Jonathan Bergmann y Aaron Sams.
Ambos buscaron una solución para evitar que sus alumnos faltaran a sus horas de clase por diferentes motivos. Se les ocurrió la brillante idea de que si apostaban por el uso de la tecnología podían minimizarlos y mantener el hilo de las clases.
La técnica era la grabación de sus clase y su posterior envío a sus domicilios donde el alumno visitaba el contenido y podía afrontar con ciertas garantías los proyectos que se les pedía así como resolver dudas e incluso potenciar el aprendizaje colaborativo.
Después de un tiempo pudieron comprobar que no solamente consiguieron mantener a sus alumnos informados de los contenidos sino que mejorarán de forma notable los resultados.
He sido el primero en opinar, me debes un cafe.
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